
De mis cumpleaños no me gusta hablar, no porque no me gusten, (es muy gratificante cumplir años para mi persona) pero son mas tristezas que alegrías, las que mi mente recuerda, y quiero que el escrito sea lindo, o al menos intentarlo.
La personita que está en la foto acompañándome es mi sobrino Bautista. Hace poco fue su cumpleaños y me lleno de felicidad ver su mirada llena de la magia de los cumpleaños. Si, esa magia tan particular que ilumina su mirada, llena de ilusiones, fantasías, recuerdos de cumpleaños anteriores, y si uno presta mucha atención hasta podrá imaginar en el brillo de sus pupilas, el momento en que las luces están ténuas y llega la torta como con su sabor incondicional, acompañada de un sonido tan armónico que es la canción del feliz cumple!...
El año pasado, su cumple número cuatro fue tan especial, la emoción de estar con sus compañeritos y amigos de jardín, sus familiares más cercanos era tan grande, junto con alegría de ver los títeres, estar metido en la historia, la trama de los pequeños y graciosos personajes como el espectador más ansioso, único e importante de toda la fiesta. Y el payaso es su mejor amigo, la atención que él ponía en sus palabras. Ver esa energía que corre por sus venas, esa felicidad en su ser por cumplir años es una de las maravillas de la vida.
Para nosotros los argentinos, festejar los cumpleaños es agradecer a Dios por la vida, celebrar un año más, significa momentos de encuentro entre seres queridos, momentos de anecdotas, de recuerdos y vivencias; nostalgias por el tiempo pasado; compartir los deseos, sueños de un futuro mejor; valorar la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario